Rawness
Oscurecemos bajo una niebla espesa que se apodera de la distancia que hoy nos separa, alejándonos. Parece que no hicimos caso a García Marquez y que el amor con las manos se impone al amor con la mente: supongo que olvidamos que amarse con las manos a 623 kilómetros no es posible. Ahora miro si la pantalla se enciende a cada instante y sino la provoco para que lo haga sin querer creer que no se prenda la luz a cada instante con palabras de amor que corren desafiando el espacio físico que dejamos de compartir. Mientras las horas que no acaban van terminando, sonrío con el miedo en los labios, me niego a pronunciar palabras amargas en espacio que se me habilitan para ello y en mi habitación vuelve a llover como si fuera Abril mientras fuera los más tristes ponen en marcha un circo que no parece tener función de clausura aunque anuncie su retirada cada vez que el Sol se esconde. Baja a casa y haz de tu vida nuestra vida, amueblemos una lista de deseos compartidos o prendamo